29/2/2016
Sin filosofía no puede haber verdadera democracia
25 Feb25/2/2016
¿Es posible una verdadera democracia sin filosofía? (la pregunta, ya lo aviso, es pura retórica)
La supresión por parte de la LOMCE de la “Educación para la ciudadanía” (en 2º de la ESO), de la “Educación ético-cívica” (en 4º de la ESO) y de la Historia de la Filosofía (en 2º de Bachillerato), no contribuye precisamente a fomentar el espíritu crítico entre los ciudadanos.
Lucía, la niña transexual que logra cambiar su nombre a los 4 años de edad
4 FebEUROPA PRESS (3/2/2016)
ASTEASU.- Agustín Arandia, padre de una menor de cuatro años en situación de transexualidad al que un Juzgado de Tolosa (Guipúzcoa) ha autorizado el cambio de nombre por otro femenino (de Luken a Lucía), ha reconocido que ni él ni su mujer tenían ni idea sobre la transexualidad de su hija cuando ésta manifestó las primeras actitudes, ya que pensaban que sólo se daba en personas adultas. “Prejuicios tenemos más los adultos que los niños”, ha precisado.
“En infancia no lo veías. Aunque nos enteramos luego, cuando nos informamos, de que la sexualidad se fija entre los dos, tres o cuatro años. Ahí se fija, y uno ya se siente niño o niña, hombre o mujer. Y, después, a veces, tiende a dar esa confusión de orientación sexual. Eso ya viene con las hormonas y es cuando se decide si te atrae un tipo de persona u otro, hombre o mujer, pero la identidad sexual a los dos, tres, cuatro años está decidido“, ha explicado.
Arandia ha afirmado que su hija, que ha pasado de llamarse Luken a ser Lucía, era una menor normal que empezó a preferir juegos y juguetes femeninos.
“Entendíamos que era un juego y no había ningún impedimento, ningún problema. Pero fue curioso cuando empezó a hablar en euskara, en euskera los adjetivos son neutros; y ella se pasó muy rápidamente al castellano, sobre todo para referirse a ella misma, como guapa, alta, lo que sea. Al principio, le corregías, aunque te mosqueabas, y empezamos a pensar que detrás había algo”, ha señalado.
Tras consultar con varias asociaciones, empezó a encajarles “el tema” por las preguntas que hacía y cómo explicaba que se sentía. Finalmente, le plantearon la posibilidad de que igual tenían “una niña con pene”.
“Nos encajó, y a ella justo le tocó el momento en que la escuela les explicaban lo que eran niños y niñas, la diferenciación entre pene y vulva. A ella algo no le encajaba y preguntó: Yo tengo pene, ¿pero puedo ser una niña?. Hablamos y fue la conclusión”, ha asegurado.
Arandia ha recordado que Lucía siempre tendía a lo que socialmente se entiende como femenino, “rosas, princesas, todo ese tipo de cosas”, y que, tras confirmarse la noticia, fue un choque para él y su mujer, -“ante lo desconocido, siempre el miedo”-, pero rápidamente vieron lo que hay que hacer.
“Empiezas a ver el día a día y ves que es una niña más, que tiene sus inquietudes de niña, su problemática y su mundo es el que es, el cercano. ¿En un futuro qué va a tener?, pues, bueno, ya veremos los problemas que le van a venir. Y en nuestro caso, lo tenemos claro, lo que tenemos que hacer es el acompañamiento, informarle, darle herramientas, el que se quiera, que ni estás en un cuerpo equivocado, ni tienes nada mal. Estás en una situación que no es la más habitual, es rara, pero existe y tú eres perfectamente una mujer”, ha sentenciado.
Fue Lucía la que primero pensó en cambiar su nombre, que fue elegido por su hermano mayor. “Dijo: sólo llamadme Lucía en casa, solo en casa. Fuera seguiré siendo una niña, pero seguiré llamándome Luken”, aseguró.Arandia ha afirmado que su hija, que ha pasado de llamarse Luken a ser Lucía, era una menor normal que empezó a preferir juegos y juguetes femeninos.
“Entendíamos que era un juego y no había ningún impedimento, ningún problema. Pero fue curioso cuando empezó a hablar en euskara, en euskera los adjetivos son neutros; y ella se pasó muy rápidamente al castellano, sobre todo para referirse a ella misma, como guapa, alta, lo que sea. Al principio, le corregías, aunque te mosqueabas, y empezamos a pensar que detrás había algo”, ha señalado.
Tras consultar con varias asociaciones, empezó a encajarles “el tema” por las preguntas que hacía y cómo explicaba que se sentía. Finalmente, le plantearon la posibilidad de que igual tenían “una niña con pene”.
“Nos encajó, y a ella justo le tocó el momento en que la escuela les explicaban lo que eran niños y niñas, la diferenciación entre pene y vulva. A ella algo no le encajaba y preguntó: Yo tengo pene, ¿pero puedo ser una niña?. Hablamos y fue la conclusión”, ha asegurado.
Arandia ha recordado que Lucía siempre tendía a lo que socialmente se entiende como femenino, “rosas, princesas, todo ese tipo de cosas”, y que, tras confirmarse la noticia, fue un choque para él y su mujer, -“ante lo desconocido, siempre el miedo”-, pero rápidamente vieron lo que hay que hacer.
“Empiezas a ver el día a día y ves que es una niña más, que tiene sus inquietudes de niña, su problemática y su mundo es el que es, el cercano. ¿En un futuro qué va a tener?, pues, bueno, ya veremos los problemas que le van a venir. Y en nuestro caso, lo tenemos claro, lo que tenemos que hacer es el acompañamiento, informarle, darle herramientas, el que se quiera, que ni estás en un cuerpo equivocado, ni tienes nada mal. Estás en una situación que no es la más habitual, es rara, pero existe y tú eres perfectamente una mujer”, ha sentenciado.
Fue Lucía la que primero pensó en cambiar su nombre, que fue elegido por su hermano mayor. “Dijo: sólo llamadme Lucía en casa, solo en casa. Fuera seguiré siendo una niña, pero seguiré llamándome Luken”, aseguró.
Al cabo de un mes, ha recordado su progenitor, volvió a dirigirse de nuevo a ellos y les explicó: “Ahora, por favor, id a la escuela, a donde Lourdes, la profesora, y le decís, que ya soy Lucía, que estoy preparada para que se rían, o aguantar lo que fuera”.
No obstante, la documentación oficial seguía llamándola Luken, por lo que iniciaron los trámites para cambiar definitivamente de nombre. “En el pediatra, en la escuela, en el pueblo, se la trataba como niña, pero, a la hora de recetarle un antibiótico, aparecía su nombre antiguo. Y a ella le chirriaba; a ella y al hermano mayor, que leía, y decía ¡pero este nombre ya no existe!. Ya es Lucía ahora”, ha recordado.
Arandia se ha felicitado por la aceptación que ha tenido su hija entre los otros menores de la localidad, a quienes les chocaba más “el cambio de nombre que el decir que era una niña”, porque entre los niños ha sido algo “muy natural”. “Ya sabemos los crueles que pueden ser o no. Los niños son unos lienzos en blanco que están absorbiendo. Prejuicios tenemos más los adultos que los niños”, ha aclarado.
Preguntado sobre si la menor contempla cambiar de sexo en el futuro, habla de “cuando le salgan las tetas” o de quitarse “el pitilín”. Arandia ha subrayado que Lucía no sabe todavía lo que son estas cosas, como “quitarte el pitilín, que es una operación quirúrgica muy potente”.Al cabo de un mes, ha recordado su progenitor, volvió a dirigirse de nuevo a ellos y les explicó: “Ahora, por favor, id a la escuela, a donde Lourdes, la profesora, y le decís, que ya soy Lucía, que estoy preparada para que se rían, o aguantar lo que fuera”.
No obstante, la documentación oficial seguía llamándola Luken, por lo que iniciaron los trámites para cambiar definitivamente de nombre. “En el pediatra, en la escuela, en el pueblo, se la trataba como niña, pero, a la hora de recetarle un antibiótico, aparecía su nombre antiguo. Y a ella le chirriaba; a ella y al hermano mayor, que leía, y decía ¡pero este nombre ya no existe!. Ya es Lucía ahora”, ha recordado.
Arandia se ha felicitado por la aceptación que ha tenido su hija entre los otros menores de la localidad, a quienes les chocaba más “el cambio de nombre que el decir que era una niña”, porque entre los niños ha sido algo “muy natural”. “Ya sabemos los crueles que pueden ser o no. Los niños son unos lienzos en blanco que están absorbiendo. Prejuicios tenemos más los adultos que los niños”, ha aclarado.
Preguntado sobre si la menor contempla cambiar de sexo en el futuro, habla de “cuando le salgan las tetas” o de quitarse “el pitilín”. Arandia ha subrayado que Lucía no sabe todavía lo que son estas cosas, como “quitarte el pitilín, que es una operación quirúrgica muy potente”.
Bertrand Russell: “Gente bien”
5 Sep
Escrito en 1931
Traducido por Josefina Martínez Alinari
Buenos Aires, EDHASA, 3ª edición, 1979
Foto: Bertrand Russell at his desk at UCLA in 1940 by Peter Stackpole—Time & Life Pictures Getty
10 libros infantiles con mucho orgullo (gay)
30 JunTomado de elasombrario.com.
Son los 10 libros que Wert, ministro de Educación y Cultura, no querría ver en las estanterías de las escuelas públicas. Sobre todo, después de haber fulminado Educación para la Ciudadanía, que no era una asignatura perfecta, pero estaba y cumplía su función. Así que aquí está ‘El Asombrario’, aprovechando las celebraciones del orgullo gay, recomendando diez títulos para la tolerancia, desde la historia verdadera de dos pingüinos macho que formaron pareja en un zoo de Nueva York y cuidaron con mimo de su huevo, hasta el cuento -real, pero en otro sentido- del Monarca que decidió elegir su ‘príncipe azul’.
La LOE (2006) -Ley Orgánica de Educación-, vigente hasta la llegada de la apisonadora LOMCE (2013), popularmente conocida como Ley Wert, decía en su preámbulo que, entre los fines de la educación, se debe resaltar el pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades afectivas del alumnado, la formación en el respeto de los derechos y libertades fundamentales y de la igualdad efectiva de oportunidades entre hombres y mujeres, el reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual, así como la valoración crítica de las desigualdades que permita superar los comportamientos sexistas. En la nueva ley educativa, casi todos estos contenidos desaparecen, dando mayor protagonismo a la religión católica y a su particular visión de la sociedad y de la moralidad, que tanto perjudica a las mujeres y al colectivo LGTBI.
Los niños y las niñas necesitan conocer historias que fomenten la igualdad y les ayuden a comprender la diversidad sexual y racial del mundo en el que viven. Por mucho que les pese a algunos estamentos políticos que cierran los ojos ante la sociedad y su diversidad. El hecho es que existen nuevas formas de familias, que comienzan a hacerse visibles cada vez más y que el colectivo LGTBI está y es cada día más presente en la sociedad. Estos dos hechos plantean a los niños y niñas nuevas preguntas y obligan por tanto a padres, madres y maestros a dar nuevas respuestas.
Esa es la intención de presentar hoy estos diez títulos en El Asombrario.
Gran ejemplo el de las editoriales madrileñas Egales y NubeOcho; publican conjuntamente la serie Egalité, que agrupa historias que fomentan la igualdad y ayudan a comprender la diversidad sexual y racial. Por el momento, son tres historias: El lapicero mágico, La princesa Liy Mi papá es un payaso.
“Cuando la serie nació”, nos cuenta Luis Amavisca y Miryam Aguirre, responsables de NubeOcho, “sabíamos que las familias LGTBI necesitaban un referente en la literatura infantil. Existían poquísimos ejemplos, y no siempre desde un buen punto de vista”. Y añaden: “Pero no sólo los integrantes -los hijos y los padres de estas familias- necesitan estos ejemplos, sino quizás más, y sobre todo los miembros de otras familias. Niños que comparten aula con otros que pertenecen a estas familias tienen que convivir con esta realidad desde la perspectiva de la tolerancia. Compartiéndolo desde el principio, lo entenderán como una perspectiva de diversidad”.
Le preguntamos a NubeOcho por la importancia de que estos relatos lleguen a las aulas. “Con estos cuentos intentamos contribuir a la tolerancia. Pero hay otra razón por la que es importante que los más pequeños entiendan esta realidad. En algunos casos habrá niños que, cuando crezcan y ya de adultos o de adolescentes, se den cuenta de que pertenecen a la comunidad LGTBI, no sentirán trauma o dolor si han vivido una realidad que han comprendido desde niños desde una perspectiva de normalidad y tolerancia.”
Y por esta última razón, no podemos dar la espalda a esos adolescente LGTBI, entre un 5% y un 10% de la población escolarizada, según el CIS, que sufren un alto nivel de acoso y violencia, psicológica y/o física, y que, quizá, integrando la enseñanza del respeto a la diversidad sexual en el Sistema Educativo, empezando desde las aulas de infantil, podríamos hacerlo desaparecer.
Esta diez historias tratan el tema LGTBI desde distintas perspectivas y enfoques. En algunos, el asunto ocupa la trama central de la historia; en otros, se aborda desde un punto de vista transversal.
1. ‘Oliver Button es una nena’. Tomie DePaola. Everest
A Oliver Button no le gusta hacer las cosas que supuestamente le gustan a los chicos… Él prefiere coger flores, pasear por el bosque, saltar a la comba, disfrazarse con las cosas viejas del desván, donde canta y baila como si fuera una estrella de cine. Todo esto le causa a Oliver muchos problemas con su padre, pero sobre todo con sus compañeros de colegio, que se burlan de él y le gritan: “¡Oliver Batton es un nena!”. Estamos ante un historia que nos recuerda mucho a la película Billy Eliot. Ambos niños harán lo imposible para conseguir su sueño; bailar a pesar de todo y de todos. Una historia escrita en 1979 que aguanta bien el paso del tiempo. Un libro que plantea fundamentalmente el tema del acoso escolar hacia el diferente como eje principal.
2. ‘Rey y Rey’. Linda de Haan y Stern Nijland
Llega la hora de casar a un príncipe para que pueda empezar a reinar un país lejano. Su madre, harta de la soltería del príncipe y de su falta de interés en encontrar pareja, decide convocar a todas las candidatas del Reino para que elija. Ninguna será de su agrado. A todas irá descartando; unas por aburridas, otras por demasiado altas… Hasta que por fin llega la última de las candidatas, acompañada de su hermano, el príncipe Azul. Aquí el corazón de nuestro protagonista se acelerará y el flechazo será inmediato. Pero no por la dama, sino por el caballero. Una historia rompedora.
3. ‘Mi mami ya no tiene frío’. Lorena Mondragón Rocha. Editorial Patlatonalli
No hay nada mejor para quitar el frío que un buen abrazo y estar bien acompañados. Lorena Mondragón nos narra en este cuento la historia de una niña que vive con su mami en un edificio muy alto llamado Oriente. En esta casa, llena de libros antiguos, hace mucho frío. Pero todo empieza a cambiar cuando asisten a un teatro de títeres y su madre conoce a la mujer dueña de las marionetas. Y aunque al principio a la pequeña no le gusta nada que su madre quede con ella, porque tiene que jugar sola, terminará comprendiendo que su mami es feliz, porque ha dejado de tener frío.
4. ‘La princesa Li’. Luis Amavisca y Elene Rendeiro. Editorial Egales y NubeOcho
Nos encontramos probablemente ante la primera historia protagonizada por una princesa lesbiana. Toma nota, Disney. La princesa Li vivía con su padre, el rey Wan, en un hermoso palacio. Todo estaba en orden hasta que llegó la hora de casar a la princesa con un joven de la Corte, pero ella confiesa que vive enamorada de Beatriz. El tradicional cuento de magia, con toques de la lejana China, cambia para presentarnos una fábula de igualdad, y, sobre todo, una historia de amor. Maravillosamente ilustrado y con una fluidez narrativa tan especial que parece un libro atemporal, de los que se cuentan ahora, pero que se podría ligar a los relatos de la tradición oral.
5. ‘El lapicero mágico’. Luis Amavisca y Alicia Gómez Camus. Editorial Egales y NubeOcho
Alicia Gómez acompaña el texto de Luis Amavisca con optimistas collages que nos cuentan la historia de Margarita y sus dos amigos, Daniel y Carlos. Margarita tiene dos mamás y los gemelos Daniel y Carlos dos papás, pero eso es lo de menos en este relato. Lo verdaderamente importante de esta historia de fantasía y amistad es descubrir el poder del lapicero mágico, un artilugio que es capaz de llevar a la realidad todos aquellos sueños e ilusiones de Margarita, Daniel y Carlos. Un viaje para compartir e imaginar, un cuento de amistad e igualdad. Un relato para eliminar prejuicios. Donde el tema LGTBI no es lo principal, sino una característica más de la realidad que vivimos.
6. ‘Mi papá es un payaso’. José Carlos Andrés y Natalia Hernández. Editorial Egales y NubeOcho
Pocos niños pueden decir con orgullo que su papá es un payaso. Sobre todo cuando en el cole no paran de usar esa palabra para meterse contigo. Pero lo cierto es que nuestro protagonista no entiende que esa palabra sea un insulto y no duda en dar las gracias por el elogio. Y es que uno de sus papás es payaso y el otro médico; “las dos profesiones más necesarias del mundo: una cura el cuerpo y la otra el alma”. Nuestro pequeño se siente muy orgulloso de los trabajos de sus papás, pero de lo que verdaderamente se siente satisfecho es de la familia que tiene. Una entrañable historia donde prima lo cotidiano, la espontaneidad, la frescura. Con unas ilustraciones muy ingeniosas en blanco, negro y rojo de Natalia Hernández.
7. ‘El niño perfecto’. Álex González y Bernat Cormand. SD Ediciones
Daniel es un niño perfecto a los ojos de todos: responsable, obediente, ordenado… Pero en la vida de Daniel, como en la vida misma, nada es lo que parece y, como todo el mundo, esconde secretos que sólo se descubren al caer la noche. Un sencillo álbum ilustrado por la sutileza de Bernat Cormand que encaja en perfecta armonía con el texto de Álex González. Un libro con mucha polémica detrás, donde incluso la propia editorial se vio forzada a clasificarlo como un libro ilustrado para adultos. Cuando lo lean, se reirán de semejante absurdez. Tranquilos, no voy a contar el final…
8. ‘El monstruo rosa’. Olga de Dios. Ediciones Apilas
Que tire la primera piedra quien no se haya sentido alguna vez un perro verde. En este caso es la historia de un monstruo rosa que no encuentra su lugar. Ediciones Apila nos presenta una historia que nos ayuda a entender la diversidad como elemento enriquecedor de nuestra sociedad. El monstruo rosa es un grito de libertad. Premio Apila Primera Impresión 2013 al mejor proyecto de autor novel, Premio Aurelio Blanco 2013 al mejor proyecto en la Familia de Artes Aplicadas al libro de la Comunidad de Madrid y ganador del Golden Pinwheel Award en la categoría de mejor álbum para niños internacional en la Shanghai Children’s Book Fair 2013. Un imprescindible.
9. ‘And Tango makes three’ (Tres con Tango). Justin Richardson y Peter Parnell. Ilustrado por Henry Cole. Editorial Simon&Schuster
Esta obra, basada en hechos reales, nos cuenta la historia real de Roy y Silo, dos pingüinos machos barbijos del zoológico de Central Park de Nueva York. Un libro infantil que nos trae los seis años de sus vidas, en los cuales formaron pareja y se les dio un huevo para criar. Ron Gramzay, guarda del zoo, descubrió que estos dos pingüinos machos estaban siempre juntos y eran pareja. En el año 2000, al ver los comportamientos tiernos de Roy y Silo, decidió darles la oportunidad de crear una familia. Así nació Tango, su cría, de un huevo de los pingüinos Betty y Porkey, otra pareja -hembra y macho- pero incapaz de ocuparse de más de un huevo a la vez. Por cierto, se eligió el nombre de Tango para el pingüinito porque se necesitan dos para bailar un tango. Maravillosa historia de la naturaleza que nos logra emocionar. La lástima es que la versión en castellano está descatalogada desde hace años.
10. ‘El vestido de mamá’. Dani Umpi. Criatura Editora
Al protagonista de esta historia le gusta ponerse el vestido de su mamá. Le gusta mirarse por todos los espejos de la casa, hace muecas e incluso llega a hablar como si fuera otra persona. Para nuestro protagonista, ponerse el vestido de su mamá es algo muy, muy divertido. Desde Uruguay nos llega este libro que nos dice que otros modelos y otras referencias existen para que los niños y las niñas puedan crecer conociendo otras realidades. El autor, Dani Umpi, dijo durante la presentación: “El vestido de mamátrata de un niño fascinado con el vestido de su madre. Son sus aventuras y desventuras, tanto dentro de su casa como fuera, cuando por ejemplo sale a jugar al fútbol con sus amigos. Trata del crecimiento del personaje, de cómo se presenta al mundo con sus gustos, enfrentando rechazos, aprendiendo sobre sí mismo y los demás”.
El Mundo Today: Felipe de Borbón obtiene la monarquía en las elecciones con menos participación
19 JunRecogido de elmundotoday.
Felipe de Borbón será el nuevo Rey de España. Así lo han dispuesto los ciudadanos españoles después de que, el pasado lunes, se anunciara la abdicación de don Juan Carlos I.
El voto ha sido tan secreto que ni se ha notado
Los comicios han transcurrido sin incidentes y con absoluta discreción. Pese a que no se esperaban sorpresas porque el príncipe era el candidato mejor posicionado, el voto de los españoles ha sido secreto como manda la legalidad. Tanto, que ni siquiera los que han votado han sido conscientes de haberlo hecho.
“España ha hablado. Bueno, ha hecho que sí con la cabeza, sin aspavientos”, confirmaba la Casa Real, que pese al entusiasmo llamaba a los medios a la calma “porque aún hay que escrutar los votos por correo”.
La parte negativa de estas elecciones ha sido, sin duda, la participación: la más baja de la democracia española. “Hay poca cultura democrática en este país”, lamentaban fuentes de la Casa del Rey.
Felipe VI, el monarca más preparado de Europa con varios masters internacionales en gestión de súbditos, será proclamado Rey este mismo mes.
“La fecha aún no está clara, primero queremos consultar a los españoles porque siempre hay alguien que tiene cita con el médico y no le viene bien el día”, ha explicado la Casa Real.