17/3/2018
Ver también: “La nueva economía: de trabajadores a colaboradores“.
26/1/2018
El éxito del neoliberalismo entre la gente de derechas y la posmodernidad entre la gente de izquierdas no obedece tanto a las bondades de estas ideologías, sino a que ambas (…) fomentan la misma visión de la sociedad: un agregado de individuos en el que cada uno puede hacer lo que quiera mientras no moleste a los demás. Cada uno es libre de elegir sus gustos, preferencias y llegar a acuerdos con los demás. Hay diferencias, claro que las hay (…). Pero al centrar el debate en temas identitarios y culturales e insistir en que todo es construcción social se les olvida por el camino que la propiedad privada de los medios de producción será una construcción social, pero tan bien construida que tiene una lógica que lo arrasa todo (…).
La producción se organiza de forma colectiva, pero el beneficio se apropia de forma individual por el capital. Si no se nivela la relación de poder entre empresariado y asalariado, pasa lo que estamos viendo en la “nueva economía”: los que acumulan poder cada vez acumulan más poder. La explotación, mientras llega otra cosa, se puede atenuar con sindicatos fuertes, y evitando que caigan en manos de la lógica de la acumulación capitalista sectores vitales como la educación, la salud, las pensiones, la ciencia…. Esto exige estrategias colectivas e identidades sencillas (capital vs. fuerza de trabajo), que escapan a esta ola ideológica de exaltación narcisista del individuo y de la diferencia, que nos ha dejado desarmados frente a los mercados.