18/8/2017 Ctxt (Zygmunt Bauman, 30 de diciembre del 2015)
«La Securitización Social”
«Los reflejos condicionados pueden prescindir de argumentaciones largas y de persuasiones laboriosas: la autoridad del “das Man” de Heidegger y del “l’on” de Sartre («así es como se hacen las cosas, ¿no?») los hace tan obvios y evidentes como prácticamente imperceptibles y difícilmente cuestionables. El reflejo condicionado sigue siendo el mismo, segura y cómodamente irreflexivo –siempre a la distancia de seguridad adecuada respecto de los focos de la lógica. Por eso los políticos recurren, con mucho gusto, a la ambigüedad del vocablo: al facilitarles la tarea y asegurarles a priori la aprobación popular, incluso aunque no produzca los efectos prometidos, ayuda a los políticos a convencer a los electores de que se toman sus reclamaciones en serio y de que actúan con presteza para cumplir el supuesto mandato que esas quejas exigen»
«Los gobiernos no están interesados en aliviar la ansiedad de los ciudadanos. Están interesados, al revés, en reforzar la ansiedad que producen la incertidumbre por el futuro y el constante y ubicuo sentimiento de inseguridad«.
«La securitización es un truco de magia, calculado para lograr justamente ese efecto: consiste en trasladar la ansiedad causada por los problemas que los gobiernos no son capaces de manejar (o que no están dispuestos a intentar manejar) hacia aquellos problemas que permiten a los gobiernos ser vistos, cada día y en millones de pantallas, abordándolos vorazmente y (a veces) con éxito«
«La “securitización”, además de ser desalmada, insufrible, socialmente ciega, así como carente de fundamento e intencionalmente engañosa, puede ser un arma para los reclutadores de terroristas “genuinos” (tan distintos de los falsamente acusados)»
Un estudio reciente del Pew Research Center afirma que ‘los millennials europeos han sufrido desproporcionadamente los recientes problemas económicos en sus países […] Frente a este reto, los jóvenes europeos normalmente se consideran víctimas de su destino’. Este desempoderamiento generalizado de la sociedad explica de alguna manera la atracción por el sentimiento de importancia y control que Daesh instila en sus acólitos”. “Más que ceder a lo reaccionario, la retórica desinformada y populista de las organizaciones de extrema derecha afirma que todos los inmigrantes son terroristas”, advierte Baussand, «pero nuestros líderes tienen que (…) rechazar las posturas del ‘nosotros contra ellos’ y la explosión de islamofobia. Esto solo ayuda al Daesh, que usa este tipo de narrativas como arma de reclutamiento.”
«Recordándonos que “la exclusión social es el mayor puntal de la radicalización de jóvenes musulmanes en la Unión Europea”, y repitiendo, como Jean-Claude Juncker, que “los que organizan estos ataques y los que los perpetran son exactamente aquellos de los que los refugiados escapan y no al contrario”, Baussand concluye: “Mientras que no hay dudas sobre el papel que la comunidad musulmana debe jugar para erradicar la radicalización, solo el conjunto de la sociedad puede abordar esta amenaza común para todos (…) Más que librar una guerra contra el Daesh en Siria y en Irak, las mayores armas que Occidente puede blandir contra el terrorismo deben ser el gasto social, la inclusión social, y la integración en nuestro territorio”.
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